Ambos socios en una relación íntima intentan complacerse mutuamente, siempre es agradable cuando no solo estás al borde de la felicidad después de otro orgasmo violento, sino que tu pareja siente la misma satisfacción. En el cuerpo de hombres y mujeres hay zonas erógenas especiales que pueden aumentar las impresiones vívidas. El punto G pertenece a una de estas zonas. . .
Muchas mujeres creen sinceramente que solo hay una zona erógena en el cuerpo de un hombre, que se encuentra en el lugar de la cabeza del pene, pero esto no es así. A veces, incluso el toque habitual de diferentes partes del cuerpo de la pareja provoca un claro deseo de intimidad, lo que contribuye a una excitación más rápida y sensaciones fuertes.
Según los expertos, la zona más sensual del cuerpo del hombre es un punto G específico, llamado así por el médico que lo descubrió, lo conocemos como próstata.
El punto G masculino tiene forma de nuez. Todo hombre tiene una próstata, ubicada entre cuatro y cinco centímetros por debajo del perineo. En ese momento, cuando un hombre está en la fase de excitación, ella aumenta significativamente de tamaño y su tacto provoca las sensaciones más fuertes.
La función principal del punto G masculino es producir un secreto que forma parte del semen.
Maneras de estimular el punto G en los hombres
Hay dos formas de estimular el punto G: interna y externamente.
El primer método (interno) es el más efectivo, puede producir sensaciones sensoriales más fuertes. Consiste en lo siguiente: la pareja introduce un dedo previamente lubricado con vaselina o un lubricante especial en el ano de la pareja, preferiblemente con un preservativo o guantes de goma (la higiene es muy importante aquí). Con movimientos ligeros, la pareja siente un pequeño bulto en el costado del pene y comienza a masajearlo, todo esto debe hacerse con mucho cuidado, sin movimientos fuertes y bruscos, para no dañar la salud de la pareja. placer. Habiendo estudiado la zona erógena, puede actuar con más audacia y traer emociones más vívidas a su pareja.
Existen aparatos especiales para juegos sexuales, destinados únicamente al propósito de estimular la glándula prostática, y su apariencia se asemeja al falo, pero con ciertas protuberancias.
Sin embargo, no todos los hombres pueden permitir que su pareja manipule su propio ano durante el juego sexual, a menudo tales manipulaciones se toman como un signo de homosexualidad, lo que lleva a un rechazo extremo. Para tales hombres, la segunda forma de estimular el punto G es aceptable: externamente.
El método externo consiste en acariciar el perineo masculino, que es el área entre el ano y el escroto. Lo mejor es masajear con el pulgar o el índice.
Primero, debes frotar un poco esta área y luego, cuando el hombre esté a punto de llegar al orgasmo, apretar un poco. Sin embargo, no estés demasiado ansioso porque la presión intensa puede interferir con la eyaculación favorable. Recuerde que durante un orgasmo, la "nuez" de un hombre aumenta significativamente de tamaño y es extremadamente sensible a las caricias. Así que hay que tener mucho cuidado.